Hay 2 formas de presentarnos ante Dios y para eso vamos a ilustrarnos en la historia de Caín y Abel. En la ofrenda de Caín y Abel vemos esa ilustración, Caín da de los frutos que sembró y Abel le dio de las ovejas. A Dios le agradó la ofrenda de Abel, y no la de Caín porque el corazón de Caín le ofreció de sus fuerzas de lo que el tenia, pero el corazón de Abel le ofreció reconociendo que todo es de Dios. Caín representa al hombre religioso y Abel al hombre que sabe estar en la presencia de Dios.
En Lucas 18:10-13 se repite la historia donde el fariseo representa a Caín y el publicado a Abel.
Dios no quiere tu esfuerzo sino tu corazón agradecido. Dios no quiere que te presentes ante el con esfuerzo no le interesa si eres algo o tienes algo, lo que al interesa es un corazón que busca a Dios. En Caín llega maldición a la tierra por el corazón perverso de Caín y por causa de él la tierra en día el de hoy y que Set es la otra línea de misericordia para que la bendición llegará por medio de Set, porque ellos arrepentidos buscan a Dios. Aún hoy Dios permite ese acercamiento pero aún hoy todavía habemos muchos que no nos presentamos ante la actitud correcta. Porque debemos de saber que nuestro único derecho que tenemos como cristianos es padecer por causa de su nombre. Todo lo demás que nos ocurre es por gracia y misericordia de Dios, que no tiene que ver contigo sino porque Dios así lo quiere. Cuando entiendes esto, entonces te acercarás a Dios con la actitud correcta. Así que no pidas por prosperidad sino que veas la mano de Dios cuando estás con la cartera vacía, con enfermedades o en circunstancias difíciles, o en persecución y que el gozo permanezca ahí. Recuerda que Dios no necesita de ti, nosotros somos los que necesitamos a Dios.