Dios no llama a cualquiera

Por: Sergio Martínez Pérez

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Introducción:

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Muchos de los que militamos en el camino del Señor, hemos pasado por circunstancias y adversidades que nos pudieran hacer pensar: “¿por qué nos pasa esto, si debiéramos estar cubiertos por la mano de Dios? Y tal pareciera que nos ocurre lo contrario.

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¿Por qué si estoy inmiscuido con Dios, tengo tantas dificultades, con mis padres, con mis hijos, con mis parientes, en el trabajo, con mis vecinos, en la iglesia, etc.?

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Y la lista puede ser mas larga aun.

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Dios no llama a cualquiera

Déjame contarte lo que una ocasión le pasó a Moisés, ya que a Moisés le ocurrió algo parecido.

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Por principio de cuentas debemos comprender que el llamado de Dios para este gran libertador llamado Moisés, tuvo varios obstáculos y situaciones que no fueron fáciles para él, ya que tuvo que lidiar con ellas y darles una solución para poder continuar su llamado, que cada vez se iba fortaleciendo más. Por mencionar algunas:

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– Su primer dificultad, cuando huye de Egipto para escapar por haberle dado muerte al egipcio. Recordemos que aquí, faraón procuró matar a Moisés. ¿Quién no temería por su vida?

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– Moisés se acercó a la zarza y no murió a pesar del pecado ¡necesitaba estar limpio!

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– Y por último se excusó ante Dios para no ir a libertar a Israel: “¡yo no puedo! manda a otro, yo soy tartamudo”.

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Vaya que ese Moisés se parece a nosotros más de lo que creemos, aunque sea difícil de aceptar, muchos llevamos nuestra vida cristiana de una manera cómoda y llena de pretextos para no llevar un compromiso más real con Dios, pero eso desgraciadamente no permite que percibamos que cuando Dios da una indicación, esta incluye la fuerza y lo necesario para cumplirla; en otras palabras, te da toda la materia prima y la mano de obra, tú sólo tienes que decir SÍ.

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En el pasaje que leímos Moisés habla con Dios. Al ver que ya no se podía escapar, lo que argumenta es “ ellos no me creerán “ (versículo 1)

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Tal pareciera que quien no creía en sí mismo era el mismo Moisés, pero ¿por qué?

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Muchas veces la vida equivocada que llevamos nos lleva a dos cosas:

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1) A volvernos sinvergüenzas, hipócritas e insensibles para con las cosas del Señor (no tomarles importancia o que nos dé lo mismo si ocurren o no)

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2) Nos volvemos temerosos e inseguros, y en mi opinión este segundo punto es el más peligroso, porque te lleva a ver a Dios de lejitos y si lo simplificamos le podríamos llamar hombres y mujeres tibios”, y recordemos lo que Dios dice acerca de los que son tibios:

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Apo. 3:16 Serán vomitados = desechados

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Entonces pudiéramos decir que lo que Moisés tenía era temor

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Recordemos que Moisés escapó de Egipto por que lo buscaban para matarlo y probablemente eso le causaba temor regresar a Egipto. O tal vez tenía temor por la gran responsabilidad que estaba siendo puesta en él.

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En estos tiempos en los que vivimos han influido diversos factores para que el cristiano tenga temor y no se diga los nuevos creyentes que buscan acercarse a Dios. Muchas veces las religiones se han encargado de atemorizar con enseñanzas mal fundamentadas, malos líderes, vivencias de nuestra niñez, situaciones difíciles de asimilar, robos, violaciones, pérdidas de familiares etc.

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¿ Cómo vencer esos temores ?

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En un principio decíamos que Dios nos da la materia prima para salir adelante en lo que nos manda eso ocurrió con Moisés

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“Qué tienes en tu mano“ Eso es lo que Dios contestó a Moisés, y “Échala al suelo“ fue la segunda contestación de Dios para Moisés.

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Dios le estaba mostrando a Moisés que con cosas comunes Él podría hacer grandes milagros.

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Muchas veces esperamos grandes manifestaciones y milagros espectaculares para ponernos a pensar si es en verdad Dios. Él no necesita de bombo y platillo para ser espectacular, Dios va a usar todo lo que tú eres por que eso es suficiente para Él.

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Así en nuestras vidas Dios solo necesita lo que tú eres. Muchas veces nos complicamos en maneras y formas para tratar de levantar nuestro ministerio, pero a la hora de accionar, aparecen los temores..!

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Cuando Moisés quiso accionar, empezó a correr de la vara que se había convertido en culebra! Qué difícil resulta que aun cuando nuestros ojos ven la mano de Dios, no lo creamos o simplemente se nos olvide rápidamente, por temor a lo que no conocemos, por que eso era algo nuevo para Moisés.

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El temor es una de las principales armas de satanás, ya que causa inestabilidad en las personas. La forma de vencer ese temor es solo hacer lo que Dios dijo a Moisés, ¡enfréntala!, extiende tu mano y toma la por la cola, y dice el relato que la culebra se convirtió en vara nuevamente. ¡Qué alivio habrá sentido Moisés cuando ya tenía nuevamente el control de la situación!

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Mi hermano, como lo dije al principio, Dios no llama a cualquiera, ha llamado a los que Dios sabe que tienen esa capacidad en sus manos y esa valentía, pero sabes algo, tu que estás leyendo esto, ¡también tienes esa autoridad!

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Los temores solo son pequeños obstáculos insignificantes que te hacen ver que Dios está a tu lado. Moisés desde que subió al monte, experimentó la manifestación de Dios, la zarza no se consumía y la voz del Señor salía de en medio de la zarza.

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Puedo concluir diciéndote que desde el momento en que Dios te ha llamado: Eres especial. Estás dotado de autoridad y poder para vencer engaños y temores del enemigo

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Mi hermano lo que tienes es suficiente para comenzar a trabajar para lo que Dios te ha llamado.

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